En el mundo del alquiler, donde propietarios e inquilinos entrelazan sus intereses en contratos que regulan sus responsabilidades y derechos, surgen dilemas recurrentes que ponen a prueba la solidez de dichos acuerdos.
Uno de los enredos más comunes se relaciona con el mantenimiento y la reparación de los electrodomésticos en las viviendas alquiladas. La pregunta clave que acecha es quién debe asumir la responsabilidad cuando uno de estos aparatos se avería.
Esta interrogante, en apariencia sencilla, puede convertirse en un foco de conflictos y desacuerdos entre ambas partes involucradas.
Responsabilidades del alquiler
La Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) establece una base legal para abordar esta cuestión. Según esta normativa, el propietario está obligado a cubrir los gastos de reparación de los electrodomésticos en una vivienda alquilada, a menos que el daño haya sido ocasionado por un mal uso intencionado por parte del inquilino. Esta distinción parece clara en teoría, pero la realidad puede ser mucho más complicada, ya que la interpretación de lo que constituye «mal uso» puede ser subjetiva y generar divergencias en su aplicación.
Esperanza Palacio, co-directora legal de ‘reclamador.es’, arroja luz sobre este tema y ha explicado que si la reparación implica la sustitución del electrodoméstico, esta se considera una reparación necesaria para preservar la habitabilidad de la vivienda, y por lo tanto, la responsabilidad recae en el propietario. No obstante, si se demuestra que el daño fue causado por un mal uso del inquilino, este deberá asumir los costos de la reparación. Aquí radica el meollo del asunto y de la interpretación y la prueba de qué constituye un mal uso pueden ser difíciles de determinar y pueden dar lugar a disputas prolongadas entre las partes involucradas.
Qué ocurre si hay acuerdo
El problema de esto surge cuando el propietario e inquilino no logran ponerse de acuerdo sobre la causa del daño. En tales casos, la resolución del conflicto puede requerir la intervención de expertos. La solicitud de un informe pericial se convierte en una opción viable para esclarecer las circunstancias que rodean la avería. Sin embargo, incluso con la evidencia proporcionada por un perito, las discrepancias pueden persistir, lo que deja a las partes en un punto muerto. Ante esta situación, el recurso a instancias judiciales o de arbitraje se presenta como el último recurso para resolver el problema. Esta medida, aunque puede proporcionar una solución definitiva, conlleva costos adicionales y puede prolongar la resolución del problema, lo que resulta inconveniente para ambas partes.
Un aspecto crucial que no debe pasarse por alto es la responsabilidad del inquilino en el mantenimiento de la vivienda. Aunque la ley establece que el propietario es el responsable de cubrir los gastos de reparación de los electrodomésticos, el inquilino tiene la obligación de realizar pequeñas reparaciones derivadas del desgaste por el uso cotidiano de la vivienda, a menos que el contrato de arrendamiento especifique lo contrario. Estas reparaciones menores pueden incluir el cambio de bombillas, la reparación de persianas o cualquier otro daño que esté causado por el uso regular de la vivienda.
Por tanto, el debate sobre quién debe hacerse cargo de la reparación de un electrodoméstico en una vivienda alquilada es un tema de discusión recurrente en el ámbito del arrendamiento. Aunque la ley establece directrices claras al respecto, su interpretación y aplicación pueden generar discrepancias entre propietarios e inquilinos, lo que subraya la importancia de establecer cláusulas detalladas y transparentes en los contratos de alquiler para evitar conflictos futuros. En última instancia, la comunicación abierta y la voluntad de negociar de ambas partes son fundamentales para resolver estos problemas de manera eficaz y equitativa.