La tentación es fuerte pero la contención debe vencer. En la inmediatez de Twitter afirmé (aún lo pienso) que David Jiménez Silva (canario de nacimiento, citizen de corazón,jugadorazo con estrella de campeón mundial, formado y forjado en el Erasmus en Eibar a base de lluvia, cuestas y patadas recibidas en los entrenamientos armeros de la leyenda babazorra Antonio Karmona) hizo falta al levantar en exceso la pierna y mostrar la plancha a un rival en la antesala del primer gol de su equipo.
Escribió Eduardo Chillida que “un hombre ha de tener siempre el nivel de la dignidad por encima del nivel del miedo”, así que en Vallecas que somos muy de esto no pondremos pegas a la victoria de la Real Sociedad por 0-2 en Payaso Fofó.
La Real es de esos equipos que molan cuando son los tuyos y que disfrutas cuando no los sufres. También Chillida, arquero txuriurdin retirado por lesión y leyenda escultórica no sólo de Guipúzcoa sino del mundo mundial hizo una serie de trabajos llamada Abesti Gogora.
Avergonzado como Mugica Gorricho que soy, descendiente de bergarés, me pierdo en la traducción del euskera pero juraría que el título del conjunto de piezas de madera de chopo ensambladas por el artista donostiarra podría asemejarse al conjunto de Imanol Alguacil y traducirse como “Canto o melodía duro o canción para el recuerdo”.
Ruego a algún euskoparlante que me aclare el concepto,pero creo que se entiende la idea.
El Rayo Vallecano del guipuzcoano Iraola no salió mal pero a la franja le faltaba su propio “Peine del viento” (siempre Chillida) llamado Oscar Valentín y los jugadores de Zubieta,canteranos o no, comenzaron a correr más, a anticiparse,a crecerse mientras parecían cantar y cumplir con viejos latinajos,lemas clásicos de equipos de fútbol tan británicos como el txirimiri de Donosti.
El primero en declamar fue Silva, claro. Mientras Unai López intentaba domar un mal saque de banda el de Arguineguín gritó “Superbia in Proelia“, algo así como “Orgullo en la Batalla”, el lema del Manchester City donde David tiene una merecida estatua. Listo como hijo futbolístico de Luis Aragonés robó el balón y se lo puso a Sorloth que con frialdad nórdica anotó el primero bajo las piernas del guardameta vallecano.
El 19 sorprendió a todos exclamando “Arte et Labore” el lema de otro equipo blanquiazul, el Blackburn Rovers.
La franja acusó el golpe y aunque intentó levantarse no consiguió tirar a puerta superado en velocidad,atención y contundencia por los de Imanol Alguacil. Tanta fue esta que en un corner Brais Méndez colgó el balón al primer palo, Aritz (tras aprovechar un bloqueo de Le Normand que en otro deporte sería falta en ataque, para Dieguez,que se te va la dignidad por Zurriola) prolongó al segundo palo y Barrenetxea remachó solo gracias al despiste de Ciss. El siete txuriurdin cantó el lema favorito de Martinxo Odegaard “Victoria Concordia Crescit” (el triunfo llega a través de la armonia) con el que Mikel Arteta (otro hijo del Monte Igueldo) arenga a sus pupilos del Arsenal.
La segunda parte pareció empezar de otro modo.
Iraola pudo animar a los suyos con el latinajo que todos los domingos Ardiles y Villa veían en White Hart Lane . “Audere est facere” (Atreverse es hacerlo) .
Pronto lo intentaron y Lejeune estuvo a punto de recortar pero Remiro despejó el balón y las esperanzas franjirrojas.
Imanol hizo los cambios siguiendo el adagio del Sheffield Wednesday ” Consilio et animis” (sabiduría y coraje ) y el Rayo nunca estuvo cerca de remontar.
La valentía,coraje y nobleza local no fue suficiente y Alguacil, preguntado por el techo de esta Real salió por Sunderland afirmando que están “Consectatio excellentiae” (en búsqueda de la excelencia) y se comió un toffee evertoniano esbozando mientras sonreía un “Nil satis nisi optitum” (lo mismito que piensa el dueño del Villarreal, próximo rival,cuando mira la cuenta de resultados de sus supermercados).
La derrota,que no empaña una buena primera vuelta de los de Iraola deja la preocupante lesión de Isi,la necesaria recuperación de Oscar Valentín y la imprescindible llegada del gol de RDT.
Ojalá en La Cerámica el Rayo vuelva a encontrar el camino de las baldosas amarillas.